domingo, 12 de marzo de 2017

IAN THORPE

IAN   THORPE


Gran nadador australiano nacido en Sidney (1982), apodado “Thorpedo”,  mide 1,96 m. y  pesa 104 kg.
Sus triunfos más importantes, casi todos ellos en la modalidad de “libre” salvo alguna excepción en “estilos” y “mariposa”, fueron: nueve medallas olímpicas, 5 de ellas de oro, participando en las olimpiadas de Sidney 2000 y Atenas 2004; 11 medallas de oro en campeonatos del mundo, 1 plata y 1 bronce.
Tras someterse a una operación en el hombro izquierdo, contrajo una severa infección y estuvo muy cerca de perder el brazo.
Reconoció su homosexualidad después de haberlo negado durante años. Atravesó depresiones y tratamientos médicos e incluso estuvo ingresado en un psiquiátrico tras mezclar antidepresivos y analgésicos. Su declaración, que fue televisada, demostró el nivel de tortura que los prejuicios pueden infringir a una persona.
De pequeño sufría brotes de autismo y fue el agua y el olor a cloro su mejor terapia. Disciplinadamente aprovechó una anomalía de sus talones que le ofrecía tener mayor velocidad para nadar “como un tiburón”.
Aquel niño al que la comunidad gay convirtió unos años después en un icono perfecto e ideal, es hoy una ruina humana “un producto del Instituto Australiano de Deporte (AIS), la fábrica de medallas puesta en marcha a imagen y semejanza de los institutos de deportes creados en la antigua República Democrática Alemana que produce tantos medallistas como vidas destrozadas”, señala Martin Hardie, especialista e investigador en deporte australiano.

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